El mercado residencial de lujo no deja de crecer en nuestro país. La rehabilitación está modificando el tipo de propietario de muchos edificios del centro de la ciudad y “muchas de estas promociones, afirma Jesús Duque, vicepresidente de la red Alfa Inmobiliaria, están vendidas mucho antes de la finalización de su construcción”.
Duque, que dirige una red de agencias con más de 140 oficinas repartidas por nuestro país, -y otras 80 más a nivel internacional-, lo tiene claro. “La rehabilitación está introduciendo importantes cambios estructurales en las principales capitales españolas, con especial hincapié en Madrid y Barcelona”. El cambio de uso, de vivienda a oficina, que se produjo en el centro de las ciudades en los años 80, está realizando el camino a la inversa.
Según este directivo, “Si el precio medio del metro cuadrado en una vivienda sin reformar del Barrio de Salamanca ronda los 5.000 euros, una vez rehabilitado el edificio, este puede duplicar su precio”.
Destacan los casos del histórico edificio de la aseguradora La Unión y el Fénix, en la Gran Vía madrileña, que ahora se convierte en pisos de lujo; del edificio del Banco Santander transformado en el Proyecto Canalejas, etc., o los señoriales José Abascal, 48 o Serrano 7, antes ocupados principalmente por oficinas, que ahora recuperan su destino inicial.
Cambia también el objetivo de esta inversión. “Si bien en más de un 70% el objetivo de los nuevos propietarios es comprar una vivienda de lujo para vivirla, contamos con cerca de un 30% de clientes que lo hacen para alquilarla posteriormente y obtener rentas muy interesantes”.
Esta nueva tendencia del mercado es una de las razones por las que el precio medio de las zonas de lujo es cada vez más elevado, y las ventas se cierran antes, frente a la situación que se da en el lado opuesto, donde en muchos casos continúan bajando los precios y ni aún así se cierra una operación, afirma Duque.